Presentado por Adela Babio
Basado en un estudio de la Prof. Carmen Bernabé
Aula de Teología - 30 de octubre de 2018
Discurso de despedida de Jesús
"Les he dicho todo esto mientras estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recuerden lo que yo les he enseñado y les explicará todo" Juan 14,25
"Tendría que decirles muchas más cosas, pero no
podrían comprenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, el
Paráclito, los iluminará para que puedan entender la verdad completa "
Juan 16,12
En la conformación del cristianismo como sistema religioso,
diferente del judaísmo, la actuación del Espíritu, tuvo una importancia
fundamental.
Cuando leemos el evangelio de Juan, hay dos planos a
considerar: uno que nos remite a Jesús de Nazaret, a sus acciones,
dichos, vida y otro que nos permite entrever la vida de la comunidad, a
la que va dirigida ese evangelio.
Es habitual escuchar que el evangelio de Juan, es el más
espiritual, aunque no suele ser claro que es lo que se entiende por esto, si se
alude a cierta condición humana que se opone a lo corporal o porque predominan
largos discursos de Jesús, donde se habla de Dios, de creer, del mundo de
arriba...
El calificativo de espiritual debe ser atribuido por el
papel fundamental que tiene el Espíritu, en este evangelio, donde implícitamente
se dice que, en último lugar, el Espíritu, es el único autor.
Contexto histórico y cultural del evangelio de Juan
En los escritos joanicos nos asomamos a la vida de unas
comunidades de finales del siglo primero y comienzos del siglo segundo. En el
año 70, el templo de Jerusalén había sido destruido, lo que obligó a
replantearse la forma de entrar en contacto con Yahvé y darle culto.
Fueron surgiendo dos formas básicamente: a) los maestros de
la ley, cuyo centro es la Tora y su forma de interpretarla y b) los seguidores
de Jesús, judíos mesiánicos, Jesús es el Mesías prometido.
Los seguidores de Jesús hicieron también relectura de las
tradiciones judías, pero no desde la Tora, sino que el centro y clave de
lectura y de la relación con Yahvé, es la vida de Jesús de Nazaret, muerto y
glorificado.
En este contexto vemos que esta comunidad joánica tiene
problemas con las sinagogas y sus dirigentes, precisamente por lo que confiesa
de Jesús (Jn 9,22,34; 16,2-4).
La reflexión sobre la verdadera identidad de Jesús y las
diferentes reflexiones llevaban a que todos decían que tenían o pretendían
tener el Espíritu que les guiaba y que les decía quién era Jesús y muchas veces
había grupos que decían lo contrario, lo que nos lleva a reflexionar con respecto
al Espíritu, es la autoridad, el origen, la transmisión y la legitimación de la
autoridad.
Jesús había resucitado, seguía presente en la comunidad a la
que seguía hablando, pero de qué manera hablaba? Se apelaba al Espíritu, se
empezó a hacer necesario el discernimiento de espíritus, en la primera carta de
Juan se advierte que habrá que discernirlo todo, y ver la coherencia con el
mensaje del Resucitado.
Surgieron los grupos que hoy calificaríamos como de New Age,
prácticas meditativas para estar poseídos por el espíritu, hablaban de viajes
celestes, los gnósticos, etc.
El rasgo literario del evangelio de Juan son los largos
discursos de Jesús, estos discursos no proceden del Jesús histórico, sino de la
comunidad que confiesa su fe en él, de su verdadera identidad, emanan del
Crucificado y Glorificado, es parte de un largo recorrido que hace la
comunidad, gracias al Espíritu de la Verdad, el Paráclito, a propósito
de estas vivencias o experiencias con el Espíritu, ya habían sido advertidos
por Jesús, los van a echar de las sinagogas (Jn 16, 1-4). Hoy sería las
incomprensiones que vive la Renovación Carismática Católica.
La comunidad de Juan tiene conciencia de que, si ha llegado
a ese "Saber", que le permite confesar así a Jesús, es gracias al
Paráclito.
Jesús es aquel que posee el Espíritu (Jn1,32.34) bajó
y permaneció sobre Jesús, por eso es el que puede bautizar con Espíritu
Santo (Jn1,33), sólo en él se manifiesta de forma plena, definitiva y sin
medida 3,34. El evangelio habla de la promesa del Espíritu a los discípulos,
que llegará cuando se vaya, cuando sea glorificado. El evangelio diferencia
entre el Espíritu que Jesús recibe y el Espíritu que iba a venir, una vez Jesús
hubiera vuelto al Padre, a este último es al que se le llama Paráclito, el Espíritu
de la Verdad, qué está relacionado con él mismo.
¿Cuándo Jesús entrega el Espíritu?
Sucede en la cruz y es anunciado poco antes de morir (cap
2), Jesús les entrega el Espíritu "todo está cumplido, dobló la cabeza y
entregó el Espíritu (19,30). El verbo que se usa habla de insuflar algo dentro
de alguien y lo vuelve a dar cuando Jesús Resucitado se aparece a los
discípulos, cuando estaban encerrados llenos de miedo, se apareció y sopló
sobre ellos.
En Juan cuando se alude al soplar del Espíritu por parte del
Resucitado, parece ser una alusión a esta imagen de la creación (Génesis 1,2
ruah), porque según Juan con la muerte y resurrección de Jesús y con la entrega
de su Espíritu, empieza una nueva creación.
El término Paráclito procede de un verbo que significa, llamar
a alguien en ayuda, para que acompañe. Llega en lugar de Jesús, les
conviene que me vaya ....
El Paráclito llega para ocupar el lugar de Jesús, que vuelve
al Padre.
Es un enviado "plenipotenciario ", verlo a este
enviado es como ver al que lo envió.
El calificativo de Espíritu de la Verdad, especifica su
misión respecto de los discípulos. El Paráclito es la presencia de Jesús en
la comunidad y esto ocurre tras la glorificación de Jesús.
Las funciones son dos: 1) ayudar a recordar y 2) iluminar
para poder llegar a la verdad completa.
El recordar que posibilita el Paráclito, es comprender el
sentido, la vida de Jesús y su persona. Se recuerda y se profundiza, la
comunidad cree que el Paráclito les ayuda a recordar y a plenificar lo vivido y
así trasmitir a las siguientes generaciones.
No es un mero conocimiento intelectual ni una experiencia
mística, la actividad del Paráclito lleva al discípulo a la verdad plena,
es el conocimiento pleno del plan de salvación Dios Padre para la
salvación de la humanidad, es un saber "ver" en profundidad y era
para todas las personas que se abrían a él y a su acción.
El conocimiento que da el Paráclito es una experiencia, que
no es para unos pocos, es para todos, sólo requiere una actitud de apertura.
Ese recordar es volver a pasar por el corazón lo vivido, que
lleva a una íntima convicción existencial, que va dando lugar a una dinámica
de confianza, ir a Jesús, seguirle y acoger su palabra.
Discernir espíritus
Aquel que dice que conoce Dios, que tiene el Espíritu, pero
ve a su hermano que pasa hambre y le deja tal cual, es un mentiroso y hace
mentiroso a Dios 1 Jn 4,20-21.
En otro momento se dirá, todo espíritu que confiesa que
Jesucristo vino en carne mortal, procede de Dios. Quien confiese que Jesús es
el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Conclusión: lo que procede del Espíritu de Jesús: Él no dirá
nada nuevo, porque hablará de lo que ha oído.
Por último, el interrogante sobre que es la verdad y desde donde
se define o se le da contenido.
Para los cristianos la referencia a Jesucristo como logos
(Palabra) encarnado, a su vida y actuación, al cumplimiento de su mandato de
amar al prójimo, es fundamental para dar contenido, a lo que se considera
verdaderamente humanizador.
Cualquier espiritualidad que nos centre en nuestro yo, en
nuestra paz, en nuestro desarrollo y nos cierre a los demás, no es una espiritualidad
que nazca del Espíritu de la Verdad.
El Espíritu sopla donde quiere, el misterio de Jesús
glorificado que la comunidad anuncia, no sigue la lógica común, ni puede ser
conseguido mediante esfuerzo, sino que es fruto del don que reciben quienes
creen.
Trazando un paralelo con la comunidad joánica y mi comunidad,
cómo respondo hoy a estas interrogantes:
1.
¿Porqué es importante el accionar del Espíritu
Santo en la comunidad?
2.
¿Qué le da forma legítima y qué no?
3.
¿Cómo distinguir el verdadero del falso profeta?
4.
¿Quién entrega el Espíritu?
5.
¿El lugar de quién ocupa el Espíritu?
6.
¿Qué propósito principal tiene su presencia en
la comunidad?
7.
¿Cómo adquiero los beneficios que el Espíritu
ofrece?
8.
¿Cómo hacer que esta nueva relación no sea una
mera “experiencia espiritual”
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