sábado, 16 de junio de 2012

Tiempos modernos


Desde los principios de la predicación apostólica, la postura, el estado  de los discípulos es de confrontación. Así lo anunció Jesús [i] el Príncipe de la Paz, aunque parezca contradictorio. ¿Confrontación entre quiénes? Entre el Espíritu Santo y el espíritu de este mundo.
Muchas veces dejamos volar la imaginación, quizás influenciados por algunos filmes cinematográficos de ficción y se nos ocurre que tendremos que salir a enfrentar algún ser mitológico con cuernos y cola, que escupe fuego. O tal vez alguna especie de fantasmas que andan deambulando por ahí. La batalla no es tan fácil porque el enemigo no es visible[ii]
Como no es visible, y como la fantasía no se hace realidad, nos engaña haciéndonos creer que no está sucediendo. Cuando nos damos cuenta, ya nos ganó la desazón, la desmotivación y hasta llegamos a pensar, que nuestra lucha es en vano.
En lo que se conoce como el ‘testamento espiritual’ de Pablo, las cartas a Timoteo, el apóstol nos advierte de la situación al mismo tiempo que profetiza.[iii]
Los primeros discípulos deberion enfrentarse con aquellos que no creían que Jesús fuese el Mesías. Los discípulos de hoy debemos enfrentarnos con aquellos a quienes no les importa, ni les preocupa saber si hay un dios, con los indiferentes. Con el hombre mismo vuelto hacia adentro, únicamente hacia lo que las satisfacciones de lo sensorial puedan retribuirle.[iv]
Personas que creyendo que actúan de buena fe, o directamente desafiando todo principio, ya no religioso, sino ético y moral, quieren sepultar hasta las leyes naturales, no por lo que son sino por provenir de donde provienen. Si viene de la Iglesia de Cristo, es malo, es retrógrado es iracional, es fanatismo. Lo bueno es ser transgresor, eso libera y causa felicidad.
Personas que manejan la opinión pública, desde los gobiernos, los medios de comunicación, las universidades, intentando convencer que su pregón es bueno para el hombre. Que es bueno que nos convirtamos en una especie que mata a sus crías, o a sus enfermos y ancianos si son un estorbo para satisfacer nuestro ego o nuestra diversión. [v]
Personas que van formando una cultura, que nos envuelve, introduciéndose en nuestra intimidad, en nuestros hogares, en nuestra familias – las que todavía sobreviven – seduciendo a los más débiles.[vi] Y aquellos otros que aparentan estar en la búsqueda de la verdad, pero cuando ésta les roza, miran para otro lado o se desentienden. Que los hay mezclados entre los propios discípulos, consumidores de cuanto recurso cristiano surja, de los que no se obtiene la mínima muestra de amor o de servicio.[vii]
Muchas veces, sin darnos cuenta, participamos de su circo. Por supuesto que cuando nos dejamos envolver por su discurso. Pero también cuando los enfrentamos con sus mismos métodos. Pablo es contundente con su recomendación. ¡Apártate de esa gente! 2Ti 3:5.
Entrar en su juego es exponerse a que nos utilicen como ejemplo de aquello en lo que no se debe ser o parecer. Es dejar que nos dejen en ridículo para convencer a otros incautos. No es que nos importe que nos ridiculicen a causa del Señor, ellos no saben que nos están haciendo un favor, es que nos importan los incautos.
Pablo los compara con los magos del farón de Egipto que mientras Moisés trataba de mostrarle que venía de parte de Yahveh, ellos usaban su magia para distraerlo y convencerlo que no necesitaba creerle a Dios, para obtener los mismos resultados.[viii]
El no enfrentarlos, no implica que cedamos el terreno. Debemos ser astutos y mientras ellos se están vanagloriando, debemos ocuparnos del hombre común, aquel que todavía tiene los ojos velados para que no le resplandezca la Luz.
Pablo nos exhorta con toda su fuerza:
‘proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio. 2Ti 4:2 -5
No debemos olvidar, que nosotros no convencemos a nadie, quien convence es el Espíritu Santo y Él se manifiesta desde la Palabra.
El apostol nos recomienda que evitemos entrar en discusiones que nada aportan, así que no perdamos de vista a lo que vamos, nuestra misión es presentar a Cristo y dejar que Él haga el resto y discutiendo no lo vamos a conseguir, lo que lograremos es que el otro se cierre más  y no nos escuche.[ix]
Pidámosle al Espíritu Santo que nos de la sabiduría necesaria, que nos dirija, para que podamos discernir y darnos cuenta, quienes son enemigos y quienes terreno a conquistar.


[i]¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. Luc 12:51 
[ii] Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio. Efe 6:12 
[iii] Quiero que sepas que en los últimos tiempos sobrevendrán momentos difíciles. 2Ti 3:1 
[iv] Porque los hombres serán egoístas, amigos del dinero, jactanciosos, soberbios, difamadores, rebeldes con sus padres, desagradecidos, impíos,  incapaces de amar, implacables, calumniadores, desenfrenados, crueles, enemigos del bien,  traidores, aventureros, obcecados, más amantes de los placeres que de Dios; 2Ti 3:2 -4
[v] 5  y aunque harán ostentación de piedad, carecerán realmente de ella 2Ti 3:5a
[vi] Así son los que se introducen en los hogares, seduciendo a mujeres frívolas y llenas de pecados, que se dejan arrastrar por toda clase de pasiones, 2Ti 3:6 
[vii] esas que siempre están aprendiendo, pero nunca llegan a conocer la verdad. 2Ti 3:7 
[viii] Así como Janés y Jambrés se opusieron a Moisés, ellos también se opondrán a la verdad: son hombres de mentalidad corrompida, descalificados en lo que se refiere a la fe. 2Ti 3:8 
[ix] El que sirve al Señor no debe tomar parte en querellas. Por el contrario, tienen que ser amable con todos, apto para enseñar y paciente en las pruebas. Debe reprender con dulzura a los adversario, teniendo en cuenta que Dios puede concederles la conversión y llevarlos al conocimiento de la verdad, haciéndolos reaccionar y librándolos de la trampa del demonio que los tiene cautivos al servicio de su voluntad. 2Ti 2:24 -26

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