Desde los principios de la predicación apostólica,
la postura, el estado de los discípulos
es de confrontación. Así lo anunció Jesús [i]
el Príncipe de la Paz, aunque parezca contradictorio. ¿Confrontación entre quiénes?
Entre el Espíritu Santo y el espíritu de este mundo.
Muchas veces dejamos volar la imaginación,
quizás influenciados por algunos filmes cinematográficos de ficción y se nos
ocurre que tendremos que salir a enfrentar algún ser mitológico con cuernos y
cola, que escupe fuego. O tal vez alguna especie de fantasmas que andan deambulando
por ahí. La batalla no es tan fácil porque el enemigo no es visible[ii]
Como no es visible, y como la fantasía no se
hace realidad, nos engaña haciéndonos creer que no está sucediendo. Cuando nos
damos cuenta, ya nos ganó la desazón, la desmotivación y hasta llegamos a
pensar, que nuestra lucha es en vano.
En lo que se conoce como el ‘testamento
espiritual’ de Pablo, las cartas a Timoteo, el apóstol nos advierte de la
situación al mismo tiempo que profetiza.[iii]
Los primeros discípulos deberion enfrentarse
con aquellos que no creían que Jesús fuese el Mesías. Los discípulos de hoy
debemos enfrentarnos con aquellos a quienes no les importa, ni les preocupa saber si
hay un dios, con los indiferentes. Con el hombre mismo vuelto hacia adentro, únicamente
hacia lo que las satisfacciones de lo sensorial puedan retribuirle.[iv]
Personas que creyendo que actúan de buena fe,
o directamente desafiando todo principio, ya no religioso, sino ético y moral,
quieren sepultar hasta las leyes naturales, no por lo que son sino por provenir
de donde provienen. Si viene de la Iglesia de Cristo, es malo, es retrógrado es
iracional, es fanatismo. Lo bueno es ser transgresor, eso libera y causa
felicidad.
Personas que manejan la opinión pública, desde
los gobiernos, los medios de comunicación, las universidades, intentando
convencer que su pregón es bueno para el hombre. Que es bueno que nos
convirtamos en una especie que mata a sus crías, o a sus enfermos y ancianos si
son un estorbo para satisfacer nuestro ego o nuestra diversión. [v]
Personas que van formando una cultura, que nos
envuelve, introduciéndose en nuestra intimidad, en nuestros hogares, en nuestra
familias – las que todavía sobreviven – seduciendo a los más débiles.[vi]
Y aquellos otros que aparentan estar en la búsqueda de la verdad, pero cuando ésta
les roza, miran para otro lado o se desentienden. Que los hay mezclados entre
los propios discípulos, consumidores de cuanto recurso cristiano surja, de los que no se obtiene la mínima muestra de amor o
de servicio.[vii]
Muchas veces, sin darnos cuenta, participamos
de su circo. Por supuesto que cuando nos dejamos envolver por su discurso. Pero
también cuando los enfrentamos con sus mismos métodos. Pablo es contundente con su
recomendación. ¡Apártate de esa gente! 2Ti 3:5.
Entrar en su juego es exponerse a que nos utilicen como ejemplo de
aquello en lo que no se debe ser o parecer. Es dejar que nos dejen en ridículo
para convencer a otros incautos. No es que nos importe que nos ridiculicen a
causa del Señor, ellos no saben que nos están haciendo un favor, es que nos
importan los incautos.
Pablo los compara con los magos del farón de Egipto que mientras Moisés
trataba de mostrarle que venía de parte de Yahveh, ellos usaban su magia para
distraerlo y convencerlo que no necesitaba creerle a Dios, para obtener los
mismos resultados.[viii]
El no enfrentarlos, no implica que cedamos el
terreno. Debemos ser astutos y mientras ellos se están vanagloriando, debemos
ocuparnos del hombre común, aquel que todavía tiene los ojos velados para que no
le resplandezca la Luz.
Pablo nos exhorta con toda su fuerza:
‘proclama la Palabra de Dios, insiste con
ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con
afán de enseñar. Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más
la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se
procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán
de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. Tú, en cambio, vigila
atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del
Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio. 2Ti 4:2 -5
No debemos olvidar, que nosotros no
convencemos a nadie, quien convence es el Espíritu Santo y Él se manifiesta
desde la Palabra.
El apostol nos recomienda que evitemos entrar
en discusiones que nada aportan, así que no perdamos de vista a lo que vamos,
nuestra misión es presentar a Cristo y dejar que Él haga el resto y discutiendo
no lo vamos a conseguir, lo que lograremos es que el otro se cierre más y no nos escuche.[ix]
Pidámosle al Espíritu Santo que nos de la sabiduría necesaria, que nos dirija, para que podamos discernir y darnos cuenta, quienes son enemigos y quienes terreno a conquistar.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos de la sabiduría necesaria, que nos dirija, para que podamos discernir y darnos cuenta, quienes son enemigos y quienes terreno a conquistar.
[i]¿Piensan
ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a
traer la división. Luc 12:51
[ii] Porque
nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados
y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los
espíritus del mal que habitan en el espacio. Efe 6:12
[iii] Quiero
que sepas que en los últimos tiempos sobrevendrán momentos difíciles. 2Ti
3:1
[iv] Porque los hombres serán egoístas, amigos del dinero, jactanciosos,
soberbios, difamadores, rebeldes con sus padres, desagradecidos, impíos, incapaces de amar, implacables, calumniadores,
desenfrenados, crueles, enemigos del bien, traidores, aventureros, obcecados, más amantes
de los placeres que de Dios; 2Ti 3:2 -4
[vi] Así son los que se
introducen en los hogares, seduciendo a mujeres frívolas y llenas de pecados,
que se dejan arrastrar por toda clase de pasiones, 2Ti 3:6
[viii] Así
como Janés y Jambrés se opusieron a Moisés, ellos también se opondrán a la
verdad: son hombres de mentalidad corrompida, descalificados en lo que se
refiere a la fe. 2Ti 3:8
[ix] El
que sirve al Señor no debe tomar parte en querellas. Por el contrario, tienen
que ser amable con todos, apto para enseñar y paciente en las pruebas. Debe
reprender con dulzura a los adversario, teniendo en cuenta que Dios puede
concederles la conversión y llevarlos al conocimiento de la verdad, haciéndolos
reaccionar y librándolos de la trampa del demonio que los tiene cautivos al servicio
de su voluntad. 2Ti 2:24 -26
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