Por paradójico que se aprecie, qué difícil resulta hablar
de Navidad en navidad.
En medio de tanto bullicio, de luces de colores y adornos
fastuosos, de gente que festeja, no sabiendo qué, que corre eligiendo regalos
para todos, menos para llevar al ‘baby shower’ al que la creación toda se
dispone a asistir, se nos plantea el desafío de chistarles y decirles, van en
dirección equivocada, es por este otro lado.
Si hiciéramos una encuesta a toda la humanidad haciendo
dos preguntas:
1. ¿qué estás buscando en tu vida?
2. ¿para qué lo buscas?
Sin duda, la respuesta a la primera de las preguntas,
podría llenar un libro bien gordo, pero en cuanto a la segunda, no habría
muchas respuestas que no se pudieran resumir en una sola frase: ‘Para estar en paz’
Es que todos nos estresamos, vivimos intensamente, trabajamos,
negociamos, estudiamos, para conseguir cosas o situaciones, que satisfagan un
ansia interior. Pero al tiempo de haber logrado aquello por lo que tanto
luchamos, nos damos cuenta que el ansia, sigue ahí, más vital que nosotros. Y
volvemos a empezar.
Si no estás demasiado distraído, por estos días, te vas a
sentir como más sensible, como con ganas de saludar a personas que hace tiempo
que no ves; de darle un abrazo sincero y decirle algunas palabras afectuosas a
alguien que estimas; quizás hasta sientas deseos de hacer alguna obra de bien,
de darle algo a algún necesitado. ¿No es cierto que otros años te ha pasado
algo parecido?
No le busques explicaciones a este estado de ánimo, esto
es producido por el Espíritu de Dios, que viene como mensajero delante,
preparando el camino, gritando desde lo más íntimo de tu corazón, aunque el
mismo esté estéril, aunque su llamada de atención, tenga que ser ‘Una voz que
clama en el desierto’.
Es que en este tiempo de Navidad, Jesús, el Cristo, el
hijo de Dios, se propone nuevamente como cada año, como ejemplo de lo que
necesitamos ser, para alcanzar lo que nos inquieta. Se propone como candidato a
ofrecerte la anhelada Paz, que andas buscando.
Te puede resultar extraña la manera en que lo hace: como
un nacimiento, como una propuesta a empezar de nuevo, como una propuesta a
dejar atrás todo el desastre que podamos haber hecho antes con nuestra vida. No
trae la libreta de facturas para pasarnos la cuenta.
Ante esta propuesta puedes: ponerle un poco de atención y
hacerte un propósito de investigar un poco más el asunto, acercarte a alguna
comunidad cristiana donde puedas hacer tus preguntas y tus comentarios, o
seguir siendo un hombre o mujer común.
El resultado de acercarte a Él, de tratar de entenderlo,
de hacer el esfuerzo de aceptar sus enseñanzas y adoptarlas como una forma de
vida, es algo que quizás vienes buscando desde mucho tiempo atrás, ‘Entonces la paz de Dios, que supera todo lo
que podemos pensar, tomará bajo su cuidado sus corazones y sus pensamientos’ Es
una promesa de Dios, está en la Biblia, (Filipenses 4:7)
Pero, si como en anteriores oportunidades, te sacudes la
curiosidad y piensas que esto ha de ser algo así como el ‘espíritu navideño’
tan usado comercialmente para lograr cumplir los objetivos comerciales de la
temporada, seguirás el razonamiento del hombre común.
El hombre común ve como un contrasentido que el más
poderoso de todos se presente como el más débil; que el más rico de todos, se
despoje totalmente; que la persona más digna de honor y gloria, se presente
como la más humilde.
El hombre común no cree que se pueda obtener algo bueno y
que sea gratis.
Para él y para ella, es insensato pensar que se pueda
ganar lo que se necesita para ser exitoso en la vida, sin tener que luchar y
competir contra otros que anhelan lo mismo.
Es por eso que intenta ser más feliz, reuniéndose con más
personas, consumiendo más alimentos y bebidas, comprando más cosas antes de
saber si realmente las necesita.
Concluimos, te pedimos nada más que estés atento. Quizás
escuches algún villancico, alguna publicidad radial o televisiva, o pases junto
a un muro que tenga escrita esta frase ‘les ha nacido un Salvador’ recuerda
entonces este breve artículo, puede ser de mucha bendición en tu vida, y
también puede ahorrarte mucho tiempo de búsquedas infructuosas.
El que nace en Navidad, Jesús, nos dice: Les
dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni
teman! ¿Verdad que es una propuesta tentadora?
Que la estrella de Belén te guíe.
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