viernes, 27 de junio de 2008

Ser agradecidos

Introducción:
Como discípulos de Cristo, hemos visto y veremos, a nuestro Maestro, obrando señales, prodigios y maravillas, en la vida de muchas personas y en la nuestra propia.
Jesús nos ha enseñado, en muchas oportunidades que no debemos buscar o esperar más señales que la de Él mismo.
Pero también nos ha mostrado que esas manifestaciones de amor, muchas veces son empleadas para la mayor Gloria de Dios Padre y para el crecimiento del reino.
Como sus misioneros, debemos conocer también que una gracia recibida de su infinita Misericordia puede sanar, pero una gracia recibida que es adecuadamente reconocida y agradecida, además puede salvar.
Desarrollo
Este día vamos a predicar sobre el pasaje conocido como ‘la sanación de los diez leprosos’ que Lucas nos narra en el Cap. 17:11-19
Con la ayuda del Espíritu Santo, prepara este tema, acompañando a Jesús ‘yendo él a Jerusalén, por medio de Samaria y de Galilea.’

  • Compara la situación social de los sanados – samaritano – judío.
  • Compara la fe de los diez sanados.
  • Compara la actitud de los diez sanados.
  • Anota las tres preguntas de Jesús.
  • Contesta ¿cuántas personas fueron sanadas y cuántas fueron salvadas?
Aplicación
Analiza esta reflexión:
Beata Teresa de Calcuta (l910-l997)

En nuestros días, en Occidente, la peor enfermedad no es la tuberculosis o la lepra sino el sentirse indeseable, abandonado, privado de amor. Sabemos cuidar las enfermedades del cuerpo por medio de la medicina, pero el único remedio para la soledad, el desconcierto y el desespero es el amor. Hay mucha gente que muere en el mundo por falta de un trozo de pan, pero hay muchos más que mueren falta de un poco de amor. La pobreza de Occidente es una pobreza diferente. No es sólo una pobreza de soledad, sino también de falta de espiritualidad. Existe un hambre de amor como existe un hambre de Dios...

Y ahora contesta sinceramente lo siguiente:
¿Has recibido alguna gracia de Jesús? ¿Has sido sanado por él? ¿Te crees con derecho a esa bendición? ¿Cuánto tiempo has dedicado a reclamarle a Dios y cuánto a darle gracias por los favores recibidos?
Esto también se aprende, ¿no sabes cómo hacerlo? Pregúntale: ¿Qué debo hacer Señor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario