San Juan 14:7-14
- Nos hace ver, que sus Obras, no provienen de Él como persona sino como del Hijo de Dios.
- Asimismo, la autoridad y fuerza de su Palabra, no son un discurso humano, son Palabras de Vida.
- Si el discípulo no está atento, puede no darse cuenta, y asociar "algo bueno" que está sucediendo en su vida, con la acción de alguien o lo que es peor de algo. Así, se quedará sin saber que es Dios mismo quien está obrando, a través de alguien o de algún suceso.
- Pasamos algunas horas de nuestro tiempo con el Señor, nunca las suficientes, y es imprescindible, que lo aprovechemos al máximo, teniendo en cuenta que estamos con Dios. Muchas veces mientras nos habla, estamos más atentos a la tela de araña de aquel rincón, o el arete que trajo una hermana a la reunión de comunidad.
- Luego nos lamentamos de no conocerlo y pedimos más pruebas, más signos.
- Como Felipe, nos puede la ansiedad, "resolvamos ahora, porqué tanto apronte y tanta preparación", muéstranos ya al Padre.
- Qué torpeza, ninguno de nuestros sentidos, ni todos juntos tienen la capacidad de capturar su imagen y mucho menos su presencia. Ni siquiera a Moisés le fue permitido.
- San Agustín, comentando la pregunta que el Señor le hace a Felipe "¿Crees que...?" explica que la contemplación es el premio de la fe, y por ella se prepara al discípulo de ser capaz de aquella (la contemplación)
- Sin la preparación adecuada, seremos incapaces de acomodarnos a la acción del Espíritu Santo, no sabremos pasarle el control a Él y nos quedaremos en el conocimiento intelectual, el humano, que no está mal para el principio, pero si tenemos la posibilidad de tener un encuentro que puede cambiar nuestra vida, porqué no aprovecharlo.
- Luego la promesa. Podremos hacer las Obras de Jesús, y aún mayores.
- ¿De cuáles obras nos habla? ¿Será que nos engañó? No se nos da eso de andar resucitando muertos. ¿Es esa la obra de Jesús?
- Claramente no. La Obra del Señor es hacer la voluntad del Padre, que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad.(Catecismo # 74)
- Los milagros, que por cierto existen y debemos aspirar a ellos con confiado optimismo, no son un fin en sí mismos, sino un recurso para que, los que tenemos la vista nublada reconozcamos en ellos la acción de Dios.
- Hoy la obra de Jesús continúa en cada uno de sus discípulos convocados y comprometidos en la Evangelización.
- El Señor nos dará todos los recursos para realizar la tarea, siempre que lo pidamos en su Nombre, es decir en su esencia, en su personalidad en su propósito, en Quién es.
- El mayor de estos recursos, que debemos pedir y con el que podremos contar es el Espíritu Santo, su Espíritu, es Dios mismo viviendo y actuando en dentro de nosotros, pero esto ya es tema para otra reunión.
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